Historia de su nombre




 Sobre el nombre de este Instituto formador


         En la sesión del Consejo Académico Institucional del 7 de agosto de 2002 se decidió poner en marcha, el proceso establecido por la normativa de la DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN (DGC y E) de la Provincia de Buenos Aires para imponer un nombre a las instituciones educativas dependientes del mencionado organismo; se designó a la Prof. Antonia Fernández López (miembro del Consejo Académico Institucional actual) como coordinadora de las actividades a desarrollar y con la colaboración del centro de estudiantes se elaboró un plan de trabajo. En la misma sesión se propusieron nombres de personalidades relacionadas con la Educación y la Cultura, quedando abierta la posibilidad para que se pudiese ampliar la lista siempre y cuando se respetasen los requisitos establecidos por la normativa.
        Con el listado elaborado, se encomendó a los diferentes cursos, coordinados por un profesor, la investigación sobre cada una de las personalidades elegidas. Del PROFESORADO DE PRIMERO Y SEGUNDO CICLO DE LA EGB, turno vespertino, los primeros años indagaron sobre Paulo Freire; los segundos años, sobre Arturo Jaureche y los terceros, sobre José Martí; en el turno mañana los aluimnos de primero y segundo año investigaron sobre Francisco Isauro Arancibia y los de tercer año sobre Jerónima. Los alumnos del PROFESORADO DE NIVEL INICIAL tuvieron a su cargo la exploración sobre Carlos Mujica y los alumnos de primero y segundo año del PROFESORADO DE INGLÉS, sobre Raúl Scalabrini Ortíz.
      En la primera semana de septiembre de 2002 se realizó una jornada con la participación de docentes y alumnos en la que cada grupo presentó a las figuras respectivas, organizaron su exposición a partir de argumentar de manera fundamentada sobre las razones por las cuales el ISFD 52 debía llamarse …. (Nombre de la personalidad investigada). Según las manifestaciones de docentes y alumnos la jornada se destacó por la riqueza y rigurosidad de las exposiciones; los distintos grupos dieron cuenta de documentos, testimonios, relatos y material variado que permitió conocer la relevancia histórica de cada uno de las personalidades seleccionadas.
     Una semana después y durante diez días, se habilitaron urnas para realizar la votación con una alta participación de docentes (95%) y alumnos (85%).
    El 5 de noviembre de 2002, en una sesión del Consejo Académico Institucional, se realizó el escrutinio y surgieron los siguientes tres nombres más votados,
    En primer lugar «Maestro Francisco Isauto Arancibia» con el 45% de los votos (124 votos de los alumnos); en segundo lugar: Paulo Freire con el 30 % de los votos (93 votos de los alumnos); y en tercer lugar: Arturo Jaureche con el 15% de los votos (48 votos de alumnos). El resto de las personalidades totalizaron un 10% de los votos.
     El Consejo Académico Institucional actual, en sus sesiones de septiembre de 2005 y de abril y mayo del año 2006 consideró relevante concretar la imposición del nombre de «Maestro Francisco Isauro Arancibia» a este instituto formador. Porque constituye un hecho de respeto y justicia hacia el Maestro Arancibia y hacia los docentes y alumnos que trabajaron para que la institución contara con un nombre propio que la represente. Fue así que los miembros del CAI solicitaron a la directora de la institución que iniciase la tramitación correspondiente.
      En la presentación realizada ante las autoridades de la DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN SUPERIOR se relató el proceso vivido y se explicitó, que si bien se había seleccionado una terna de nombres, la comunidad educativa de este instituto solicitaba a la DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN que el nombre para el ISFD 52 de San Isidro fuese «MAESTRO FRANCISCO ISAURO ARANCIBIA».
     Esta solicitud expresaba el deseo de los miembros de una institución que cree que Francisco Isauro Arancibia representa sus ideales y sus aspiraciones porque su trayectoria da cuenta de lo que en ella se piensa, de lo que en ella se valora y en lo que en ella se cree; en síntesis, da cuenta de un proyecto compartido.
     La DGC y E de la Provincia de Buenos Aires, respetando la solicitud planteada emitió la Resolución  2934 del 14 de septiembre de 2006, firmada por la Dra. Adriana Puigróss en la que se impone el nombre de «Maestro Francisco Isauro Arancibia» a nuestro instituto formador.
       El 12 de septiembre del año pasado se concretó el acto en el que celebramos la imposición del nombre y descubrimos una placa en el frente del instituto y otra en el patio central. De la celebración participaron representantes del Gobierno Municipal, la Secretaria General de CeTERA, Prof. Estela Maldonado y el Director de Educación Superior, Prof. Jorge Huergo además de otras autoridades Provinciales, Regionales y Distritales.


¿Cómo recordamos al «Maestro Francisco Isauro Arancibia»?


      Como un maestro tucumano dispuesto a defender a ultranza sus convicciones y en garantizar coherencia entre su pensar y su hacer.
      Lo guardamos en la memoria, vivo, en el aula o caminando los cerros con sus changuitos tucumanos. Con su viejo guardapolvo blanco, compartiendo unos mates bajo el alero de su casa o saliendo de la cárcel después de pagar la osadía de ser inclaudicable en la defensa de la educación y de los maestros que él representaba, Con su traje lustroso pero elegante, con su voz de trueno arengando a sus compañeros en aquella marcha docente de 1959 en su provincia.
        Recordamos su templanza, frente a las cartas amenazantes de la Triple A. Lo imaginamos en aquel 24 de marzo de 1976 cuando llevó a los compañeros a sus casas, bajo la lluvia, bromeando sobre «su última cena» para luego regresar y permanecer en la sede sindical aún cuando sabía que vendrían a buscarlo.
       Lo recordamos en los testimonios de sus hermanas y en las fuentes consultadas que dan cuenta de su despiadado asesinato por no abandonar la sede de la CeTERA, los registros de sus maestros y sus convicciones.
       Su retrato está en la pared del patio cubierto de la entrada al Instituto con una frase dedicada a su memoria como una forma de:
→ recuperar y generar nuestra historia y la historia de cada maestro
→ Celebrar por ser partícipes de una institución viva, que tiene Memoria y que intenta día a día construir su propio camino
→ Brindar testimonio del mandato y del compromiso social de aquellos que nos precedieron en esta tarea.