Documento CPES CRD abril 2018

“La obligación de decir; la necesidad de ser escuchados.” Documento elaborado en el marco del encuentro entre CPES y Referentes CRD

 

Conformar equipos es una tarea que necesariamente requiere de contextos que habiliten la circulación de la palabra. Requiere de condiciones para encontrarse, tiempos para trabajar juntos y disposición para decir y ser escuchado. Eso le está faltando a la educación superior de la provincia en tanto no se habilitan (bajo justificaciones económicas y administrativas) espacios de trabajo conjunto de los equipos de gestiones de las instituciones con los equipos centrales. Todo lo que se genera y se gestiona en la actualidad en ese sentido es por voluntad y responsabilidad de los equipos institucionales, los Consejos Regionales de Directores y el Consejo Provincial de Educación Superior. La gestión de las instituciones es la cara visible de la política diseñada por los niveles políticos. En su conjunto son las vías de realización de la política y la educación es sin lugar a dudas un modo esencial de la política de un país. Bajo esa premisa hemos asumido nuestro compromiso de trabajo conjunto entre los responsables de las instituciones y los que en los niveles centrales son los responsables de la gestión del Estado provincial. Conocer los lineamientos de la política, condiciones, formas de acompañamiento y posibilidad de realización territorial de la misma constituye la plataforma mínima e imprescindible del trabajo en el sistema.

¿Estamos ante un discurso pedagógico basado en los antecedentes reconocidos y valorados del nivel o se considera que es un modelo agotado al que hay que vaciar en sus contenidos y en sus acciones?

La Ley de Educación Nacional abrió un escenario claro de política educativa y en el caso de la educación superior de las jurisdicciones, la creación del INFOD y del INET conjuntamente con la Ley de Financiamiento Educativo confluyeron en una política pública de educación con sentido universal, de inclusión centrada en los sujetos y sus trayectorias. Los lineamientos sostenidos en un largo camino de vacíos y desaciertos finalmente encontraban sentido y confluían en líneas y recursos para una educación que debía ser para todos. Cada una de estas acciones se pensaron con un encuadre federal a través de las resoluciones del CFE, con líneas de desarrollos nacionales, en articulación con líneas jurisdiccionales y con una participación activa de los colectivos institucionales que tenían siempre margen para aspectos situados de cada una de ellas. Todo esto acompañado de asistencias técnicas y de recursos para desarrollarlas. Para cada una de ellas se constituyeron equipos y soportes académicos para su desarrollo (reuniones de trabajo, encuentros, jornadas, congresos, seminarios, etc). Cada línea tuvo interlocutores, explicitaciones, fundamentos, y sobre todo se constituyeron en formas de una política. En su conjunto constituían un discurso pedagógico para el nivel.
Esa trayectoria, densa, trabajosa, consistente, se fue plasmando y fijando en documentos, trabajos escritos, informes de acciones pedagógicas relevantes, documentación administrativa constituida como memoria y fundamento de una década de trabajo continuo y profundo. Bajo cualquier enfoque de gestión constituyen una fuente ineludible al momento de repasar lo realizado y pensar continuidades y cambios. La historia nos demuestra que ignorar su paso, negar su existencia, no valerse de sus enseñanzas conduce a lecturas inconsistentes del contexto y, seguramente, a interpretaciones erróneas del presente-
A dos años del cambio de gestión vemos que poco a poco cada una de esas líneas han desaparecido, o se encuentran vacías de sentido y no hay otras que al menos se hayan compartido con la comunidad territorial que es la que lleva a cabo a diario esa política en cada unos de los espacios institucionales y de las comunidades en que están insertos. Pasado este tiempo constatamos una sensible demanda de las instituciones para que se concreticen momentos de encuentro en los que se puedan viabilizar diálogos hasta ahora postergados, en la búsqueda de respuestas para tantos interrogantes, mientras que, por otro lado, es visible una alarmante muestra del silencio político para con los equipos institucionales. La experiencia recorrida por este Consejo nos demuestra palmariamente que siempre ha sido fructífero y ha contribuido a superar situaciones de obstáculo y conflicto, además de generar nuevas perspectivas y visiones sobre el hacer pedagógico, abrir espacios de diálogos con el conjunto de los actores institucionales en territorio. Se construye con otros y se resienten posibilidades de construcción si no es con diálogo y trabajo conjunto.
También estamos en conocimiento de que las demandas y las sensibilidades de quienes hacen la Educación Superior no están enfocadas a construir obstáculos o resistencias infundadas acerca de las transformaciones que, sabemos muy bien, sigue requiriendo el sistema de la Formación Superior en nuestra provincia. Sostenemos, desde nuestra legitima y genuina representación la firme convicción de que que las respuestas pedagógicas hay que buscarlas hacia el interior de nuestras experiencias y trayectorias, y es a partir de este posicionamiento que ponemos nuestra voz para solicitar en tiempo inmediatos la sustanciación de espacios democráticos, representativos y vinculantes entre el Equipo de gestión de la Dirección de Educación Superior y los colectivos institucionales de toda la provincia. Y en esos espacios esperamos definiciones concisas, claras, acerca del rumbo pensado y planificado por esta gestión para la Educación Superior de la Provincia de Buenos Aires.

Un circuito de comunicación; modos, plazos y circuitos

Hoy en día las rutinas institucionales replican mandatos del nivel central desplazando a cuestiones propias de una gestión estratégica de las instituciones. La cantidad de tarea se ha multiplicado en los Institutos. Desde el punto de vista administrativo es cuantiosa y recae sobre la misma cantidad de cargos establecidos en Planta, aunque esto se vio agravado por la falta de cobertura de los mismos en una cantidad importante de instituciones.
Claramente se ha pasado de un sistema de gestión en donde las instituciones tenían una entidad a otro en donde ese papel está desdibujado y queda subyugado a normas que no tienen correlato en Educación Terciaria.
Muchas instituciones atraviesan la paranoia de recibir tres fuentes diferentes de comunicación y, además, se les exige que respondan a las tres fuentes, en algunos casos en plazos diferentes. Lo paradójico es que en algunos casos la información no llega.
Esta lógica de disciplinar hacia lo administrativo en desmedro de lo estratégico debilita lo construido en años en muchas instituciones, esta lógica de ser meros ejecutores de políticas del nivel central, sin una mirada territorial en la que cada institución está inmersa atenta con su supervivencia. Vemos con preocupación estas situaciones como la antesala al desmantelamiento de la Educación Superior de la Provincia como se ha construido en los últimos años sin ver o palpar iniciativas superadoras. Al no conocer la existencia de una política de Educación Superior claramente enunciada, las buenas políticas que se han construido se ven amenazadas.
La comunicación es un proceso esencial en toda gestión y dicha comunicación debe ser efectiva y amigable entre todos los que integran. Todo lo que se comunica es información, tanto desde canales formales como informales, toda idea, dato, descripción que se presenta es información, y los modos en que esta se elige presentarse también es un dato de información. La generación de información desde lo formal, es continua y copiosa, desde la propia Dirección y de otras direcciones en las que cada institución se encuentra implicado, a través de comunicaciones, de enlace, de pedidos, de tareas, ente otras, que llegan a los correos electrónicos de cada institución; al mismo tiempo que las comunicaciones de otras organizaciones en la región y la localidad (SAD, Sedes distritales y Regionales) duplican o reiteran dichas comunicaciones.
Por otra parte, se presenta información en parte informal o menos formal a partir de las redes virtuales e incluso Whatsapp a los teléfonos celulares particulares de los directores de las instituciones. Así, asistimos a abundantes y diversos canales de comunicación para hacer llegar los requerimientos de la Gestión central a las Instituciones que redunda solo en una solicitud directiva de plazos, límites y órdenes, siendo deficitaria la posibilidad de una verdadera comunicación que permita atender a las dudas, las preguntas, las solicitudes de asesoría u orientaciones en ese requerimiento dejando a las instituciones en situaciones poco claras, en soledad o con el solo apoyo de los colegas.
En algunos casos dichos requerimientos se plantean en la generalidad, desconociendo la diversidad de la provincia, de los servicios y sus posibilidades e incluso de propio nivel de Educación Superior; prueba de ello solicitar matricula inicial cuando aún no están los servicios en clase.
En este escenario la información se vuelve confusa, desorganizada y por momento contradictoria, el cruzamiento de canales formales e informales, provoca una reproducción y producción de nueva información que termina resultando ajena, impersonal y confusa para los otros, incluso para el nivel de supervisión.
En el trascurso de estos dos años se ha pedido reiteradamente la posibilidad de encuentros más cercanos, más amigables, más aclaratorios, más situacionales que permitan la toma de decisiones de las instituciones en su territorio.

El acompañamiento a los estudiantes: becas, CIPEs y boleto estudiantil

Los estudiantes son el sentido mismo de la educación. Cada institución se piensa en clave de sus estudiantes, de los ambientes de procedencia, de sus expectativas, de sus conocimientos previos y es desde ese punto de partida que se desarrolla una trayectoria formativa que garantice la idoneidad, la capacitación, el posicionamiento y la capacidad de formación continua a futuro para cada uno de ellos. Para esto, las instituciones requieren de acompañamiento, la política prevé las becas, los estímulos y otras formas de ayuda económica al estudiante y también una agenda de acompañamiento en las instituciones con interlocutores para este fin, por ejemplo, los CIPEs.
Nos precede una extensa labor y somos testigos de la voluntad política de continuarla, particularmente en lo que respecta a la posibilidad de acceso a las instituciones desde sus lugares de procedencia, brindando aportes sustanciales para acompañar en la resolución del alto costo que, hoy por hoy, representa el transporte. No obstante, es preciso decir que existen dificultades en el sistema de Becas. El cambio de condiciones y la demora en respuesta concretas a las problemáticas que se presentan; el cambio en las políticas de CIPEs y la demora en los pagos a sus funciones provoca malestar y renuncias en el sector; no se ha garantizado el alcance universal de las becas y además, nos vemos en la necesidad de insistir para que se garantice el cumplimiento de la Ley del Boleto Educativo para los estudiantes de los Institutos Superiores ya que al no hacerlo se constituye un escenario discriminatorio para las matrículas de nuestros institutos.
Una educación para todos supone condiciones de acceso, permanencia y egreso y para ello estas son tres líneas indispensables.

El acompañamiento a las instituciones

Todo lo expuesto que se trasluce en demandas, problemas, solicitudes e interrogantes que atraviesan las instituciones, requieren de un acompañamiento por parte de la administración central. Los obstáculos que se presentan a diario en la gestión institucional y que se han visto acentuados por los factores antes mencionados, se suman a la decisión política de cambiar los equipos de conducción de las instituciones sin evaluar la oportunidad y sin hacerse cargo de la responsabilidad del estado provincial en las circunstancias estatuarias que se plantean como eje y sentido de las acciones. Las instituciones han crecido, se han leído a sí mismas y se han construido en diálogo con los territorios y hoy la política pretende arrasarlas dedicándole el año a concursos y pruebas de selección para la totalidad de los cargos de gestión del nivel, aún sin escuchar ni resolver presentaciones y reclamos que permitan cerrar adecuadamente los procesos de titularizaciones.
¿Puede haber una política de mejora sin explicaciones, sin diálogo, con estas acciones? Todas las políticas de transformación que reconozcan el valor de un espacio se plantean en diálogo entre la historia y el saber construido y las nuevas necesidades o demandas. Cuado no hay escucha ni reconocimiento de la construcción histórica, lo que se avecina es desmantelamiento y destrucción. La memoria es el eje sobre el que se fortalecen los pueblos; la desmemoria y el olvido, las herramientas de los que avanzan sobre construcciones sociales y derechos. La Educación Superior es uno de ellos.

Vicente López, 7 de abril de 2018.-

Consejo Provincial de Educación Superior
de la Provincia de Buenos Aires

Referentes de Consejos Regionales de Directores de Institutos Superiores de la provincia de Buenos Aires